¿Qué tiene que ver Atenas con Jerusalén?

¿Qué tiene que ver la filosofía con la teología? ¿Pueden convivir, hasta complementarse o son totalmente opuestas? ¿Puede existir un debate serio y respetuoso entre la filosofía y la teología?

Tertuliano teologia y filosofia

Tertuliano

Tertuliano, un teólogo de la iglesia primitiva, decía que no. Fue él mismo que reiteró la pregunta ya conocida en su época, «¿Qué tiene que ver Atenas con Jerusalén?, ¿qué la Academia con la Iglesia?». Pannenberg resumió la idea de Tertuliano con la siguiente aclaración:

 

La doctrina cristiana no es en absoluto de la incumbencia de la filosofía y su vinculación con el pensamiento filosófico se paga siempre con la pérdida de su autenticidad como teología revelada (p. 24).

 

El cardenal Pedro Damián (1007-1072), consejero del papa Gregorio VII, en su libro, De divina omnipotentia, dice que la filosofía debería servir a la teología y marchar siempre detrás de ella. Esto señala una actitud generalizada de la relación entre la filosofía y la teología en la Edad Media cuando se trata a la filosofía como «esclava de la teología» (ancilla theologiae). Otros teólogos incluyendo Martín Lutero utilizan duras palabras para criticar la filosofía, sin embargo, no dejan de eludir o terminan rechazando el uso de la filosofía en la teología (p. 24-5).

 

A diferencia a Tertuliano, Justino Mártir, apologista del segundo siglo dice que el cristianismo es «la única filosofía segura y saludable». Ella es quien custodia el principio y el fin de todas las cosas, como quien hace posible que cada uno de nosotros llegue a ser perfecto y feliz (p. 27).

 

Justino Mártir

Justino Mártir

En la antigüedad, la palabra «teología» era una palabra comúnmente usada para hacer referencia a las enseñanzas míticas sobre los dioses. En otras palabras, el vocablo exigía una comprensión distinta en el pasado. Por eso, los padres de la iglesia estuvieron contentos en expresar la verdad cristiana como la «filosofía verdadera». Fue luego con Agustín que surgió formalmente la doctrina de la teología natural que ligó de cierto modo la teología con la filosofía (p. 28).

 

¿Son tan diferentes las preguntas que hacen la filosofía y la teología? ¿No se preocupan ambas ciencias por las cuestiones últimas? Tanto la filosofía y la teología se interesan por la metafísica (qué es lo verdaderamente real); la epistemología (qué es lo que se puede saber); la antropología (qué son los seres humanos); la ética o moral (cómo debe comportarse el ser humano); la escatología (cuál es la meta de la historia humana) entre otras cosas.

 

Los cristianos no tienen porqué sentir un rechazo hacia la filosofía. Mas bien, parece que la filosofía nos puede servir para dialogar con otros pensadores que viven, sienten y buscan el sentido de nuestra existencia. Al utilizar la filosofía como herramienta, podemos formar parte de la gran conversación que comenzó mucho antes que el nacimiento de Cristo. Si bien, la cosmovisión del hombre informada solamente por la razón no puede compararse con la revelación escrita de parte de Dios, no por eso hemos de menospreciar su búsqueda por la verdad mientras sea sincera y honesta.

 

¡Volvamos al diálogo de ideas porque entre la filosofía y la teología no existe ninguna incompatibilidad! ¡Busquemos la verdad con todo nuestro ser sin olvidar la razón y la revelación divina!

 

Pannenberg, Wolfhart. (2002). Una historia de la filosofía desde la idea de Dios: teología y filosofía. 2da ed. Salamanca: Ediciones Sígueme.

 

Para más información, véase:

Brown, Colin. (1968). Philosophy & the Christian Faith: A Historical Sketch from the Middle Ages to the Present Day. Downer’s Grove, IL: IVP Academic.

DeWeese, Garrett J. (2011). Doing Philosophy as a Christian. Downer’s Grove, IL: IVP Academic.

Erickson, Millard. (2008). «Teología y filosofía». Teología sistemática. 2da ed. Barcelona: Editorial CLIE.

González, Justo L. (2010). «Relación entre la filosofía y la teología». Historia del pensamiento cristiano. Barcelona: Editorial CLIE.

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